Publicamos un primer análisis de las consecuencias internacionales de la victoria de los talibanes en Afganistán tras 20 años de ocupación imperialista. Publicado originalmente en el sitio web Révolution Permanente.
De hecho, a pesar de nuestros profundos desacuerdos con los comunistas vietnamitas, el carácter reaccionario de los talibanes es una diferencia central. Precisamente por ello, cabe esperar que surjan rápidamente contradicciones sociales y políticas: un gobierno talibán será incapaz de responder a los problemas profundos de la población, a pesar del rechazo real a la intervención imperialista.
Dicho esto, hay que mencionar una verdad: el fracaso y la humillación internacional son innegables para Estados Unidos. Tras los atentados de septiembre de 2001, Washington convirtió la intervención en Afganistán (y posteriormente en Irak) en el escaparate de su lucha internacional contra el terrorismo islamista. En este sentido, la situación es diferente a la de Siria, donde Bashar al-Assad (con la ayuda de Rusia e Irán) ha infligido una derrota a los estadounidenses y sus aliados.
El trumpismo, como nacionalismo imperialista, puede fortalecerse, con consecuencias para toda la situación política y social mundial. Esto se verá facilitado por el hecho de que este avance talibán se produce tras el anuncio de retirada del presidente demócrata Joe Biden. Los próximos días y semanas determinarán si el gobierno de Biden será capaz de aguantar o si perderá los nervios.
En otras palabras, cabe esperar un mundo más inestable e imprevisible en términos de conflictos armados entre los Estados y dentro de ellos. Guerras como la de Azerbaiyán y Armenia en 2020 podrían ser más frecuentes. Esto es aún más cierto en un contexto en el que la venta de armas se ha disparado y varios Estados semicoloniales han conseguido adquirir armas de alta tecnología gracias al abaratamiento de algunas de ellas.
Otro punto en el que insistió Pekín fue que los talibanes alcanzaran un acuerdo de paz para una transición "pacífica". Esto se ha hecho. El gobierno afgano ha dicho que está entregando el poder a los talibanes. Esto significa que los talibanes tratarán de obtener el reconocimiento internacional, posiblemente incluso organizando elecciones que muy probablemente ganarán porque los aliados de Estados Unidos están muy desacreditados.
No se puede descartar que Estados Unidos y otras potencias imperialistas intenten establecer algún tipo de "normalización" con los talibanes, que sin embargo será más difícil de conseguir a nivel nacional. En otras palabras, aunque está por ver cómo evoluciona la situación, China podría ganar un nuevo aliado en Asia Central, muy importante para su proyecto de "Nuevas Rutas de la Seda".
Por último, no se puede descartar un escenario contrario en el que la victoria de los talibanes actúe como incentivo para la resistencia de los musulmanes de China, oprimidos y reprimidos por el régimen reaccionario del PCCh.
Las escenas de personas tratando de huir de la capital afgana inundan las redes, lo que hace temer a algunos analistas una nueva oleada de refugiados hacia Europa que podría desestabilizar a países como Turquía, que ya acoge a más de 4 millones de refugiados sirios. El grado de represión y los posibles estallidos de la guerra civil determinarán en gran medida el ritmo de desplazamiento de la población dentro y fuera del país.
La solidaridad total con los refugiados y todas las víctimas de las bombas imperialistas y talibanes será fundamental, empezando por la apertura de las fronteras y la acogida digna de todos los que quieran refugiarse en suelo europeo.
Traducción: Jorge Remacha