Y llegó el día en que Macri dijo: “Y también, si fuese por cuestión de leyes, saquemos en vez de una ley para conservar lo que tenemos, una ley que diga que por ley somos todos felices. Y ya está, ya lo resolvimos”. Se hizo un silencio y un tibio inicio de aplausos recorrió la sala en la que Triaca junior sonrió como quien festeja el chiste fácil de un amigo con pocas luces, y Marquitos se olvidó por un instante de su postal de ministro políticamente correcto y dejó emerger un rostro entre el desconcierto y la vergüenza ajena.
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