La Corporación Repsol no solo es la responsable directa del enorme daño ambiental y social provocado por el derrame de petróleo en Ventanilla, sino también, esta empresa transnacional goza de millonarias exoneraciones tributarias y de una serie de beneficios contemplados en la actual Ley General de Hidrocarburos, de corte neoliberal, ley que el actual gobierno mantiene vigente.
Mariana Rojas